¿Adiós a Dios?


ADIOS DIOS
La juventud, acostumbrada a ir dejando atrás cosas, personas y momentos
(dice adiós a la infancia para llegar a la adolescencia, a la escuela para ir el instituto, a la familia cuando marcha a la universidad, a muchos amigos y amigas al separarse sus caminos…), también ha dicho adiós a Dios. Al menos es lo que se deduce de los datos de la encuesta que presentó (17-10-12) el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, en la rueda de prensa que anunciaba la celebración del próximo Congreso Nacional de Pastoral Juvenil.

Los datos son objetivos y la situación evidente, no hacen falta muchas encuestas para comprobarlo, las iglesias se han despoblado de jóvenes, y a pesar de las Jornadas Mundiales de la Juventud, la juventud de cada jornada está lejos del mundo parroquial. Lo que sorprende es por qué se ha producido este distanciamiento en un tema tan particular, habitualmente presente como parte del comportamiento de muchos jóvenes, precisamente en un momento en el que una parte significativa de la juventud se ha replegado sobre elementos y valores tradicionales. Ahora, por ejemplo,  se muestran con actitudes más machistas en las relaciones de pareja, han abandonado el cuidado y lo saludable para regresar al alcohol y al tabaco, se han alejado del medio ambiente y de la ecología, han aumentado el consumo de prostitución… y aunque no se trata de unas conductas generalizadas entre los jóvenes, sí se han incrementado durante estos últimos años.

Y llama la atención que todos estos elementos se hayan hecho más frecuentes después de prácticamente haber desaparecido durante un tiempo, sin que, por el contrario, haya regresado ese interés por la religión y la fe en Dios. 

Ante una situación de este tipo es fácil mirar hacia fuera y achacar la responsabilidad a circunstancias como el individualismo, el hedonismo, el materialismo… e incluso culpabilizar a determinadas medidas, políticas e ideas de lo ocurrido. 

Sinceramente, y con todo respeto, no creo que la esencia del problema esté ahí. Ha habido iniciativas ciudadanas y medidas políticas mucho más directas y proactivas para modificar determinadas situaciones y corregir algunos problemas, y su repercusión ha sido escasa hasta el momento, sin embargo, el cambio respecto a las creencias es evidente y extendido, tal y como señala la encuesta mencionada, con más de un 50% de jóvenes que no cree en Dios. 

La Iglesia debe mirar para dentro y plantearse cómo está presentando a Dios ante la sociedad y frente a la juventud, más allá de palabras edulcoradas y de una esperanza situada al otro lado del futuro. Y creo que se equivoca al presentar la fe y la creencia como un pack impuesto y ajeno a la propia  persona, cargado de prohibiciones y condiciones que son más producto de una elaboración humana que de un mensaje divino. 

Para un joven que le digan que creer en Dios significa, entre otras cosas, estar en contra de la homosexualidad, no aceptar que una profesora de religión se case con un divorciado, no admitir las relaciones sexuales fuera del matrimonio, ni el sexo sin el objetivo de la procreación, o el uso de anticonceptivos. Tampoco, en otro orden de cosas, permitir que se practique el aborto a una niña violada de 10 años, o escuchar que no se puede votar a algunos partidos por determinadas políticas que hayan puesto en marcha… le resultará difícil entender el mensaje y, por lo tanto, aceptar esa idea de Dios. En esas circunstancias, no es de extrañar que llegue a preguntarse sobre qué clase de Dios se está hablando, y cómo creer en un Dios que no sólo no vive en este mundo, sino que lo hace de espaldas a él, tal y como deduce de las palabras que transmiten sus representantes en la Tierra. Y todas esas dudas se agravan aún más cuando, después, ese joven comprueba cómo quienes apoyan públicamente la religión católica, entre ellos algunos medios de comunicación, luego se comportan de manera opuesta a los valores que defienden y predican, y ve cómo arremeten con odio hacia determinadas personas, mienten en los argumentos que utilizan, son vengativos en su estrategia… o comprueba cómo se olvidan de perdonar y cómo se mueven por envidia para alcanzar bienes terrenales y poder, entre otras cosas.

La Iglesia y su doctrina han cambiado a lo largo de estos 2000 años, y aunque con esfuerzos, retraso y distancia, se han ido adaptando a unos cambios sociales que han facilitado que quienes vivían esa necesidad de darle un sentido a su vida sobre un elemento trascendental, lo encontraran en la idea y en el sentimiento de Dios. 

Ahora que los cambios sociales son más rápidos, acelerados e intensos, la Iglesia sigue con la misma actitud distante, pero su reacción ha sido tratar de imponer un criterio rígido de sociedad sobre las creencias y la fe cristiana, como ocurrió en una época anterior y ya alejada. Esa situación, más añorada que factible, resulta imposible de recuperar, pero no tiene por qué estar en contra de vivir la fe de una forma diferente por parte de las personas que así lo sientan. La rigidez y la inflexibilidad que muestra la Iglesia para las cuestiones de este mundo, alejan cada vez más su otro mundo del presente y a las personas de sus parroquias. 

Al menos es lo que ocurre en esa juventud que manifiesta haber dejado de creer en Dios, y en tantas otras personas, jóvenes y mayores, que no dicen nada sobre si creen o no, pero que también han dejado de ir a las Iglesias y de creer las palabras de los hombres de Dios.

26 thoughts on “¿Adiós a Dios?

  1. Es que es bien obvio que Dios no existe. Lo único raro es que ese cuento chino haya durado tantos siglos y la razón es bien clara: ha sido un magnífico instrumento del poder más abyecto. Los que vivimos el franquismo lo tenemos bien fresco en nuestra memoria.

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  2. Gracias Keith por tu comentario. No confundo a Dios con los ritos y la religión, pero sí quiero llamar la atención respecto a quienes usan todo ello para confundir, circunstancia que por desgracias ocurre con cierta frecuencia en estos últimos tiempos.

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  3. “Dios” esta idea ha sido tan bien creada por la humanidad que aún con todos los adelantos de la ciencia y con la comprobación de la evolución y formación de la vida en la tierra no la hemos podido desmontar. Sugiero leer un poco de antropología y les recomiendo el libro titulado el “mito de la diosa”.
    Resulta increíble que 80% de la población mundial tenga alguna creencia religiosa.

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  4. Estoy de acuerdo con el autor. Pero yo creo que la Iglesia solo ha ido cambiando a lo largo de estos 2000 años para no apearse del poder. Los dogmas son rígidos per se, pero si no los modificas para amoldarlos a la sociedad-que está en constante evolución-no vas a encontrar adeptos dispuestos a asumirlos. Y de todas formas la gente que ha buscado dar sentido trascendental a su vida, y ha aceptado la fe católica en este país, en su mayoría no ha sido por libre elección de entre una amplia gama de alternativas, sino por brutal imposición del franquismo, que esta Iglesia española nuestra parece echar siempre tanto de menos.

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  5. Las religiones tienen el problema de que es imposible hacer compatible la idea de un Dios eterno y absoluto con la evolución de las sociedades. Algunos de los supuestos mandatos divinos que eran razonables hace miles de años, hoy son retrógrados y hasta ridículos. Cambiarlos implicaría aceptar que, en realidad, no son divinos. Un Dios atemporal no podría cambiar de parecer en un lapso tan corto de unos miles de años. Entonces, si las religiones reconociesen que sí, que sus preceptos son artificios humanos, se enfrentarían a una pérdida de credibilidad desastrosa. Quién le creería a una institución que miente desde hace milenios? Quizá sea por eso que prefieren perder adeptos gradualmente, hasta desaparecer. El gran problema, a mi parecer, es el auge del Islam. Ellos están en una etapa de fanatismo parecida a nuestra Edad Media, con mucha fuerza proselitista. Me preocupa que puedan llenar los vacíos que dejan las demás religiones y nos hagan involucionar.

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  6. Pero es que además, cada estudio o encuesta publicados demuestran que incluso los que se autodenominan creyentes no pueden ser considerados católicos ya que no cumplen ninguno de los preceptos teóricamente obligatorios en su religión, no entienden casi ninguno de sus dogmas (por ejemplo no creen en el infierno o el cielo), no siguen ninguno de los “consejos” de los prelados (por suerte para la sociedad civil española, porque si no volvíamos a la tenebrosa Edad Media) encontrándose además la mayoría de las veces en una posición claramente frontal a esas directrices pastorales, porque ya me dirán si aparte de los legionarios de Cristo, kikos y opusinos en este país quedan católicos que cumplan con la abstinencia sexual, el matrimonio indisoluble hasta la muerte (si hasta católicos de pro como Álvarez Cascos o Dolores de Cospedal de la mantilla han hecho un uso más que generoso de ese pecaminoso derecho directamente inventado por el maligno), el coito sin precauciones y demás casposa moralina medieval. Como ejemplo, en una encuesta reciente del CIS el 11% de los que se definían como católicos decían después no creen en dios, de risa. Porque aquí se da la paradoja que un divorciado homosexual se puede definir como católico en una clara muestra de desconexión con la realidad tanto propia como de la iglesia a la que dice pertenecer.
    La realidad que esconde interesadamente la iglesia con su supuesta universalidad, es que únicamente un 15-20% de los españoles se pueden considerar católicos en el amplio sentido de la definición dada por la propia jerarquía eclesiástica. Muy lejos por tanto de las adulteradas declaraciones con las que la Iglesia católica intenta engañarnos recurrentemente. Y teniendo en cuenta que la mayoría son ya personas ancianas podremos llegar a la conclusión de que en España el catolicismo se está convirtiendo en un asunto básicamente geriátrico.
    http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2010/07/espana-catolica.html

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  7. Pienso como Andrés Jiménez: lo increíble pero bien increíble es que el 80% de la población mundial tenga alguna creencia religiosa. A estas alturas… es asombroso, la verdad.

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  8. Ojo con algunos conceptos: que no sean creíbles los dioses antropomorfos no permite poner al hombre en su lugar. El “progreso” no nos va a llevar al paraíso, el hombre no puede sujetar el universo a su capricho. No vamos a ser inmortales ni a vivir en un paraíso. Hay quién habla de lo divino como aquello que limita al hombre. La palabra puede ser discutible, pero los límites están ahí. Esta civilización es presa de un montón de mitos, como que gracias al consumo y a la técnica seremos como dioses. La crisis es una buena muestra de la falsedad de ese planteamiento, hace nada parecíamos estar en el Valhalla económico.

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  9. Yo creo que el adolescente dice no creer en Dios, no asumir el concepto o la idea, porque se encuentra en la tercera infancia, en la actualidad enormemente violentada.
    Su respuesta es su propia impotencia y su rebeldía. La misma que muchos jóvenes argumentan mirando al mundo: ¿Dónde está Dios?
    Así, en un mundo que sigue apostando por la idea del sacrificio, cualquier propuesta en este sentido resulta irreal en el sentido de posible, de práctica. Y volvemos a la fe de nuevo: ¿Es posible? En los EEUU proliferan los grupos religiosos mormones y sectarios (cienciología, opus dei). En países como Brasil los evangélicos tienen gran fuerza. Pero ninguno de ellos vive en comunidad. Ni siquiera las organizaciones sectarias. Racionalmente no es posible entenderlo, porque la demostración está imposibilitada de antemano por el propio valor del sistema. Creo que por eso se plantean paradojas como la que menciona ateo666666 (“Porque aquí se da la paradoja que un divorciado homosexual se puede definir como católico en una clara muestra de desconexión con la realidad tanto propia como de la iglesia a la que dice pertenecer”).
    En cuanto a la doctrina, y en respuesta a Keith, entiendo que se analiza la postura de la jerarquía eclesiástica en ciertas cuestiones fundamentales. Pero entendiendo que la Iglesia evoluciona también desde la base, creo que existe falta de reacción. Pasividad. Pobreza. Hay temas polémicos como el del aborto, en el que se abstrae la idea de la vida, frente a una ausencia de actuación sobre las agresiones y atentados contra la infancia.
    Comenta Juan Arias en su blog que los curas, los sacerdotes, los mismos que afirman que Internet descristianiza, no se posicionan en contra del fenómeno masivo (que consigue paralizar el país) de seguimiento de cierta telenovela en Brasil .
    Aquí también sucedió lo mismo. Es la cobardía, la pasividad ante el triunfo de la pobreza de lo fácil, la que está dominando el panorama social.
    Para superar el escenario actual, hace falta luchar contra la comodidad, atreverse a patrocinar proyectos que generen riqueza en lugar de pobreza, pensamiento crítico en lugar de pensamiento abotargado, sensibilidad frente a indiferencia, comunidad frente a masificación, visión contra la ceguera o educación frente a la violencia. La Iglesia puede hacer mucho y buscar referentes válidos y fiables. Los tiene.

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  10. El segundo párrafo resulta sorprendente. Se pregunta el autor “por qué se ha producido este distanciamiento en un tema tan particular…en un momento en que una parte significativa parte de la juventud se ha replegado sobre elementos y valores tradicionales”
    ¿Se puede calificar de valores tradicionales a cosas como las actitudes machistas, el regreso al alcohol y el tabaco, el alejamiento de la ecología y el consumo de la prostitución? Aceptemos la calificación de “elementos”.
    La relación temporal entre prácticas religiosas y estos elementos en el pasado no tiene que ser obligada en otro momento, a no ser que queramos establecer una relación de causalidad. ¿Son esos “valores tradicionales” causa de mayor práctica religiosa, o la práctica religiosa es causa de esos “valores tradicionales”? ¡Horror!
    Falta solidez en la argumentación. El autor ha metido con calzador este párrafo antes de pasar a exponer su tesis.
    Un saludo

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  11. El alejamiento de la juventud tiene un motivo muy sencillo y prosaico: que afortunadamente, los padres han dejado de adoctrinar a sus hijos. Y sin niños adoctrinados, no hay adultos creyentes. Todo el edificio de la Iglesia Católica (y otras religiones) se basa en violar las mentes de los niños. Sin esto, no hay nada.

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  12. Señor Lorente:
    Puede usted dar datos y fuentes sobre dónde y cuando la “Iglesia [católica] y su doctrina han cambiado a lo largo de estos 2000 años? porque tengo la sensación de que usted sabe bastante poco de lo que habla.

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  13. La Iglesia con la religión ha construido maravillosas torres de marfil pero no vive en ellas desde hace muchísimo tiempo. Así que, alejada de la sociedad y anclada a unos preceptos tergiversados y cuyos significado ha olvidado hace tiempo, ya no representa un puente o un vehículo para los creyentes, sino una cáscara vacía. Así que hablar hoy de Dios significa involucrar a los que le buscan sin descanso, sedientos y a los teólogos, alejados del vergonzoso tejemaneje de las Curias. Los preceptos cristianos son eternos y atemporales, mientras que las interpretaciones sesgadas de los Evangelios quedan para los sermones a los cuatro ancianos de la misa de los domingos. Hoy nadie se arrodilla tan bajo ni se queda lo bastante in silencio como para escuchar a Dios que habla

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  14. Respecto a la parte del texto que dice: “La Iglesia debe mirar para dentro y plantearse cómo está presentando a Dios ante la sociedad y frente a la juventud… “. En mi opinión la cosa está bastante clara, exista o no exista Dios, la iglesia o, mejor dicho, las iglesias presentan a Dios como un Dios: “HOMBRE, VARÓN, DE SEXO MASCULINO”. Por ello, místicas aparte, hablamos de Dios y, como “los humanos” pintan a Dios a su imagen y semejanza, ello no podía ser de otro modo.
    En consecuencia, hoy como ayer, el poder dentro de las iglesias todas está en manos de hombres, son ellos “por orden divina” los únicos que pueden al parecer ejercer el poder supremo. Y esto es lo que tienen en común las Iglesias con los Estados. Ambas son Estructuras Patriarcales & Androcéntricas, en las que -por lo general- las mujeres; es decir, más de la mitad de la especie humana, quedan relegadas a sus “funciones naturales” de cuidado y obediencia.
    Amén.

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  15. Totalmente de acuerdo con lo que dice.
    “Lutero hizo la revolución moral però quedó pendiente la revolución sobre Dios, dicel John Selby Spong, obispo episcopaliano”
    Es esa imagen falsa de Dios la que la gente rehuye y la que la Iglesia, aferrada a ella se empeña en mantener.
    Le aconsejo los libros de Spong, especialmente “Un cristianismo nuevo para un mundo nuevo” editorial Abya Yala

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  16. No podría estar más de acuerdo con el comentario de nessie. y añado: lejos de las cosas que dice el autor del artículo sobre las causas que alejan a los jóvenes de las iglesias, ¿no será simplemente que han comprendido simplemente lo absurdo de la idea de dios? Téngase en cuenta que en nuestra sociedad ha bajado mucho el nivel de adoctrinamiento y circula mucha información y conocimiento.

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  17. No se si es mayor el abandono de la fe al que se hace alusion en el texto, o la generalización que se hace en base a la pura ignorancia que hay sobre este tema en nuestra sociedad.
    Mientras se siga pensando que la única iglesia que existe es la católica, con el ejemplo nefasto que llevan años dando, y con esos métodos impositivos que se le asignan, no se podrá quitar ese antifaz que se le ha colocado a la fe. Si podeis hacer un poco de memoria, la iglesia Protestante apareció por estar en contra de todos esos rasgos que se han comentado, pero claro, alno ser tan masiva se le ignora.
    Disculpenme, pero el radicalismo generado por la ignorancia y la falta de informacion al respecto es el que hace pensar que se intente “vender a Dios” a través de las “prohibiciones” que se han expuesto. Un cristiano comparte su fe, sus valores y su ideología, y al igual que los manifiestos politicos, considera que esta en lo correcto, y busca compartirlo con los demas. No hay, por mucho que se piense, ningún afán impositivo. Yo creo en Dios por esto, esto y esto, te lo cuento porque creo que tu tambien vivirias bien asi, pero es tu decisión, no hay nadie en la tierra que gane nada haciendo “adeptos”. Vale ya de tanta demagogia e hipocresia respecto a la religión.

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  18. A mi modo de ver, una cosa es el “concepto de Dios” y otra muy distinta las “iglesias” o estructuras religiosas en general: católica, protestante, ortodoxa, islámica, etc. Dios o, por qué no hablar de la Diosa, si existe será algo que estará “más allá” de una iglesia o institución religiosa creada por hombres, varones, de sexo masculino, en este caso como así lo demuestra la Historia.
    Paralelamente a lo que sucede con el poder político, el poder religioso, en general, tiene un corte patriarcal. Esto es innegable.
    Las mujeres, en todas las iglesias o instituciones religiosas en general, tienen un papel secundario, subordinado al varón que es quien, a semejanza de ese Dios todopodersoso y omnipotente, a imagen del Zeus griego, detenta todo poder. A las mujeres se las relega a un papel de servidoras.
    Hoy más que nunca está viva la frase que el jesuita, condenado al “exilio” por la iglesia católica, José Luis Martín Vigil lanzara en su novela “Un Sexo LLamado Débil”: “los hombres hacen dioses y las mujeres los adoran”.
    Las iglesias, nada tienen que ver con Dios -aunque se hayan “apropiado” de él, sirven al igual que los estados al mantenimiento del Patriarcado.
    Para finalizar este curioso articulo que publica otro diario:
    http://www.publico.es/espana/444291/el-ministro-del-interior-pide-al-papa-que-rece-por-espana

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  19. Está clarísimo.
    La mentalidad del clero actual sigue anclada en el contexto social decimonónico.
    El dogma es sagrado y nadie puede rechistar.
    Hoy eso ya no se acepta.
    Quitando la racionabilidad y la comprensión traducidos en vida real de personas reales y vivas.
    La gente que sufre y padece y vive la vida es real y no son irreales. Piensan por si mismos.
    Parece que a fuerza de leer y releer Las Escrituras y Los Evangelios, el clero nunca ni ahora se han enterado del contenido fundamental.
    Traducir en vida propia lo aprendido, dar ejemplo.
    Porque la confusión de intentar mezclar a Dios con la Iglesia Católica no se ve claro.
    Una cosa no es la otra.
    La Fe de la gente de hoy, y la gente joven sobretodo la entienden desde el ejemplo de vida, la ejemplaridad, la igualdad real entre las personas.
    Y no desde la imposición como si todo el mundo fuera malo, lelo, ignorante e inconsciente.
    El Evangelio propone un conocimiento atemporal, traducido en valores para las personas que viven hoy las problemáticas actuales.
    Siempre es actual.
    Y la gente pide responsabilidad y respeto por quienes imparten las enseñanzas.
    Iguales entre iguales todo el mundo aspirando a lo mismo, el hombre y la mujer, cada cual según su valía.
    Sin exclusiones ni exclusividades.
    Sin condenas de unas personas por otras personas como si se tratara de una película de buenos y malos.
    Aquí abajo somos todos de carne y hueso, o sea iguales ante la vida y ante la muerte.
    Vaya lo que dicen caridad cristiana en una palabra.

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