No sé cómo se las arreglan, pero al final el sector más conservador de la sociedad, el conocido como "la derecha de toda la vida", siempre termina por conseguir imponer su visión de la realidad. Y ese es su verdadero éxito, no tanto los logros o medidas puntuales, sino presentarlas como “aquello que hay que hacer en cada momento”.
Contar con “lo de toda la vida” como argumento pesa mucho, y tener un amplio sector de medios de comunicación dispuestos a loar sus acciones ayuda bastante, por eso cuando desde otras posiciones se adoptan alternativas distintas son percibidas y presentadas como un ataque al orden establecido y como un desvarío, pues no se corresponden con “aquello que hay que hacer en ese momento”, ni se reconoce a quienes las proponen.
La crisis ha puesto de manifiesto esta situación de forma nítida. Por un lado el Presidente del Gobierno no ha parado de repetir aquello de “sé lo que tengo que hacer y lo voy a hacer”, aunque no diga qué ni cuándo, y por otro lado, la propia crisis es utilizada más como un argumento que como una causa para adoptar las decisiones. Por eso se ha utilizado la economía para materializar un repliegue conservador en las políticas sociales, en igualdad, en sanidad, en educación… que nada tienen que ver con déficits, primas, balances y valores bursátiles… sino con los valores morales que defienden.
El último ejemplo de esa capacidad de imponer sus ideas y su visión de la realidad lo tenemos en el vídeo que han hecho militantes anónimos del PSOE “pidiendo perdón por los errores cometidos”. Sin duda es loable lo de pedir perdón, pero lo que en verdad muestra el vídeo es la victoria del sector más conservador de la sociedad, que al final ha conseguido que el propio PSOE reconozca y asuma lo que ellos vienen diciendo con más falsedades que verdades desde hace tiempo.
Y lo ha conseguido una vez más, puesto que no es la primera ocasión que lo hacen. Ya lo lograron cuando el propio Gobierno Socialista suprimió el Ministerio de Igualdad debido a las "críticas y peticiones" que hicieron, evidentemente, desde la derecha. O cuando han cambiado el fondo y la estética de sus comparecencias para ponerlo en azul, como el del PP (ver post "En el fondo hay coincidencia", 21-5-12). O cuando asumieron sus planteamientos económicos y llevaron a cabo los primeros recortes en mayo de 2010… Al final han logrado que la izquierda pida perdón y que con ello asuma la responsabilidad y culpa de todos los problemas que hay en la actualidad, que es justo lo que vienen diciendo con su teoría de “la herencia”. Es triste, pero más triste resulta ver que el PSOE esté pidiendo perdón no por hacer políticas de izquierda, sino por no haber hecho políticas de derechas. ¡Están pidiendo perdón por ser de izquierdas!
¿No tienen nada de lo que pedir perdón los Gobiernos de Aznar, por ejemplo?, ¿no tiene nada que ver la política de especulación urbanística y financiera de entonces que ahora vemos en los tribunales con la crisis actual y algunas de sus manifestaciones, como el paro? ¿No tiene nada de lo que pedir perdón el Gobierno actual de Rajoy?…
Ya lo dijo George Lakoff en su libro “No pienses en un elefante”, si actúas pensando en los otros terminas actuando como ellos o bajo sus referencias. El PSOE y la izquierda no deben pensar en una gaviota, sino en la sociedad, y más que mirar por la ventana del otro deberían detenerse un instante frente al espejo. Lo que está en juego no es el poder, sino el porvenir de la gente.
Vivimos en una cultura con gran influencia judeo-cristiana, de eso no hay duda, quizás por eso muchos arrastran la culpa como arrastran la sombra, y creen que pedir perdón, o que sólo pedir perdón, ya habilita para la acción, y no es así. Pedir perdón no deja de ser una forma de permanecer en el pasado, la mejor forma de superarlo y de demostrar una nueva realidad y una actitud diferente es con propuestas e iniciativas… y sin complejos. El movimiento se demuestra andando… ya lo dijo Diógenes.
Y no hay tiempo que perder cuando el futuro parece quedar cada vez más lejos.