Partículas Particulares

PARTICULAS PARTICULARES
En el fondo el Parlamento es como un acelerador de partículas,
 un lugar donde los átomos de la democracia, la esencia que supone ser los representantes de la soberanía, se introducen y se aceleran con los debates y propuestas. No hay nada más que ver las imágenes de su interior para notar esa agitación interna y esos movimientos compulsos que en ocasiones llevan a saltos entre orbitales y bancadas. 

Entre las partículas encontramos protones con su carga positiva y mayor masa, electrones con la suya en negativo, también neutrones, que no tienen carga y que sólo esperan a ver si hay más protones que electrones para arrimarse a unos o a otros, y luego están los neutrinos. Estos son como los neutrones pero en listillo, ya los describí con detalle en un post (“Los neutrinos” -18-3-12-), pero su característica básica es que pueden asumir cualquier signo y que van de perfil, no miran ni a derecha ni a izquierda, lo cual les hace adoptar una posición aerodinámica con la que cortan mejor el aire, alcanzando velocidades muy elevadas que les permite moverse con rapidez para estar en el lugar adecuado en el momento oportuno, o para desaparecer, también oportunamente, del lugar inadecuado

Toda esta estructura y dinámica explicaba bastante bien el funcionamiento de las partículas y del acelerador que las acogía, pero la situación se ha visto trastocada con el descubrimiento de una nueva partícula  propuesta en 1964 por el profeta Peter Higgs: la llamada bosón de Dios. 

Un descubrimiento de este tipo no podía dejar indiferentes a sus señorías particulares, y como no podía ser de otro modo, las partículas con más peso atómico han decidido que su líder sea el bosón de Dios

Da la sensación de que los recortes y los nuevos ajustes adoptados por el Gobierno obedece a este descubrimiento. En definitiva, si nos fijamos, no es muy diferente a lo que la historia y los textos sagrados nos han mostrado a lo largo del tiempo. Cuando hay crisis de valores (bursátiles o de otro tipo) o cuando la idolatría osa elevarse hasta los cielos, como ha ocurrido con la prima de riesgo por las nubes, el bosón de Dios se enfada y envía castigos como plagas para que recapacitemos y actuemos en sintonía con lo que él manda, es decir, que no se sea gandul y se salga a buscar trabajo antes de siete meses, que no tomemos antiinflamatorios ni analgésicos como si fueran caramelos Sugus de Suchard, que no pongamos al abuelo como excusa para cobrar una paga y, por supuesto, que los inmigrantes vuelvan a su tierra como los judíos se fueron de Egipto, eso sí, cruzando el mar azul, nada de mares rojos. 

El bosón de Dios ha hablado, las partículas se han acelerado y la calle se ha congelado en pleno mes de julio… da la sensación de que más que un bosón es un a-busón. 

Pero sin duda, lo peor de todo ha sido la excitación (con creces ha superado la agitación habitual) de las Partículas Particulares del acelerador expresada en esos aplausos y risas, y en el “que se jodan” de Andrea Fabra, mientras el líder leía los nuevos mandamientos… Una actitud, por cierto, muy poco humana ante el drama y el dolor que conllevan esos recortes para el prójimo. 

Qué diferencia a las lágrimas de la Ministra de Trabajo italiana, Elsa Fornero, frente a una situación similar.

 

Los neutrinos

Un reciente experimento ha venido a poner luz a la polémica sobre si los neutrinos, esas partículas que parecen estar de perfil, ni miran para la positividad del protón ni lo hacen para la negatividad del electrón, tampoco interaccionan con la materia, ellos de perfil y a lo suyo, se mueven a una velocidad mayor o menor que la de la luz. El nuevo experimento (16-3-12) del Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) confirma que los neutrinos no viajan más rápido que la luz. Pero se equivoca.
Los neutrinos viajan mucho más rápido que la luz, es cierto que siempre lo hacen de perfil, quizás por eso opongan menos resistencia y corten mejor el aire, pero sea por su energía interna o por su menor rozamiento, siempre llegan al destino antes de que la luz arroje algo de claridad sobre la situación.
Hay dos grandes categorías de neutrinos, los sociales y los políticos.
Los NEUTRINOS SOCIALES son esas personas que ocurra lo que ocurra siempre están en el lugar del suceso antes de que lleguen quienes se supone que son los primeros en llegar, da igual que se trate de un accidente, de un problema generado por la naturaleza, de un homicidio o un incendio, ellos siempre están allí antes que la ambulancia, la policía, los bomberos o protección civil, y cuando estos acceden al lugar, con independencia de que sea inhóspito y difícil de alcanzar, siempre se sorprenden ante la presencia de alguno de esos neutrinos, que al ser preguntado responde “no sé, yo  pasaba por aquí”. Esta expresión, según muchos científicos, demostraría su constante movimiento y su alta velocidad, por eso siempre van de un lugar para otro y sólo se detienen ante este tipo de sucesos. También es característico que viajen en grupo, de ahí la expresión “no me formen corrillo…” que con frecuencia  utiliza  el personal para dirigirse a ellos y estimularlos a continuar su veloz viaje. Los mismos autores concluyen que el hecho de que se detengan ante acontecimientos negativos (accidentes, incendios, agresiones…) indicaría que tienen una carga positiva, aunque sea oculta, que los llevaría a detenerse ante lo negativo.
Los NEUTRINOS POLÍTICOS son sin duda los más característicos, no miran ni para la derecha ni para la izquierda, ellos siempre mirando al centro, y si miran para uno de los lados tienen la capacidad de cambiar la mirada ante cualquier modificación del ambiente, la cual detectan antes que nadie por su gran sensibilidad. El punto diana de su trayecto también da pistas sobre su carga, en esta ocasión el hecho de buscar siempre un destino positivo que los beneficie y los recompense indica que deben estar cargados negativamente. No hay duda de que su velocidad es superior a la de la luz, pues antes de que los resultados de cualquier elección o decisión iluminen el panorama, ellos, los neutrinos, ya han llegado con su carga negativa y han tomado posiciones alrededor del cargo positivo. Estoy seguro de que los primeros experimentos que formaron parte del Experimento OPERA (23-9-2011) se llevaron a cabo con neutrinos políticos, de ahí que su velocidad fuera superior a los 300.000 m/seg., y que el resto quizás lo hayan hecho con los neutrinos sociales, menos entrenados en correr hacia el interés.
Vivimos en tiempos de neutrinos sociales, hay mucha gente que mira para el centro y que esconde su carga ideológica bajo su piel para así poder correr más rápido que una centella hacia un lado o hacia el otro según apunten los vientos de cambio. Y son tiempos de neutrinos políticos también, con sus ideas, negativas para la sociedad pero positivas para sus intereses particulares, ocultadas detrás de sus palabras y así poder decir lo contrario a lo que se va hacer, o hacer lo opuesto a lo dicho.
Da igual, lo importante es correr, y como decían los juegos de niños… ¡tonto el último!, por supuesto me refiero al último neutrino. El problema en nuestros días no sólo es que se corre mucho para llegar a determinados “cargos positivos”, sino que se corre aún más para quitarse de en medio… La “carga” de la responsabilidad siempre se percibe como negativa.