Algunos hombres malos

ALGUNOS HOMBRES BUENOS

El código de honor que imponen las circunstancias casi siempre ha sido impuesto antes por los hombres que las protagonizan con la confianza de que no sea necesario recurrir a él, pero si hace falta se utilizará para darle a la situación un valor trascendente que refuerce al grupo, incluso por encima de alguno de sus miembros.

Lo que ha ocurrido estos días con el FROB y con UPyD, denunciando a algunos de los responsables de los últimos problemas de los bancos, recuerda en cierto modo a la película dirigida en 1992 por Rob Reiner, “Algunos hombres buenos” (A few good men), y muestra ciertas claves de una masculinidad que pasa por mantener la cohesión y la camaradería dentro de una estructura organizada, sea a nivel familiar, laboral, relacional, organizativa, internacional… De este modo, por ejemplo, se permite que los hombres con poder se muestren campechanos y cercanos al resto cuando ellos lo decidan, pero no se permite ese trato en sentido contrario. Ellos pueden ser muy colegas, pero el resto sólo puede ser subordinado, la jefatura y el poder no lo pierden ni en bañador y los otros no lo ganan ni en smoking.

Esta estrategia conlleva dos consecuencias:

1. Siempre habrá un grupo de élite semipermeable al que sólo se puede acceder por transporte activo, o lo que es lo mismo, a través de mecanismos que se ponen en marcha desde el interior del grupo de poder, que elige y decide quien pasa y quien queda a la espera. Nunca dependerá de los méritos objetivos ni los logros alcanzados. Ellos deciden quién y cuándo entra, y quién y cuándo sale en una especie de “flujo de la posibilidad” que hace creer al resto que se puede llegar, pero en verdad es todo lo contrario.

2. Junto a esta dinámica está la táctica del “chivo expiatorio”. El poder siempre mira para adentro, y esa cohesión y camaradería se vuelve en rechazo y abandono para mantener al grupo intacto a costa de alguna pieza, es decir, de alguno de los suyos. Ocurre siempre en todas las estructuras de poder con esa referencia “tan de hombres” en su funcionamiento.

Lo expliqué con cierto detalle en el libro “El Rompecabezas” (2005) respecto a los maltratadores sobre la idea del “agresor perfecto”. Allí explicaba cómo el grupo de hombres se defiende negando la violencia de género y responsabilizando a las mujeres de la situación creada, pero cuando uno “mete la pata” y se deja descubrir, todos le dan la espalda, e incluso pueden ser los primeros en arrojarlo a esos pies de los caballos que supone el escarnio público.

Esta situación tan evidente en esos escenarios de violencia ocurre aún con más frecuencia en otros ámbitos muy masculinos, tales como la empresa, la política, la economía, las relaciones internacionales… y bajo esas referencias se actúa en consecuencia contra el miembro del grupo, bien sea un hombre, un grupo, un país… La estructura de poder se mantiene sobre la cohesión, y la cohesión sobre la exclusión del miembro que pone al grupo en evidencia.

Ha ocurrido hace unos días con el FROB (por cierto, el nombre me recuerda a las palabras inglesas “Fog” y “Frog”… será porque hay una especie de “niebla” que lo envuelve o porque nos ha salido “rana”), con la acción de UPyD o con la propuesta de Almunia para que se cierren algunos bancos. Ahora quienes no dijeron nada cuando los problemas existían, es más, o callaban o los defendían, piden su procesamiento, otros como el PP aún siguen defendiéndolos para mantener una cohesión que, al parecer, les interesa.

Quizás sea algo que estos mercados en masculino plural están intentando hacer con España, como antes lo hicieron con Grecia, Irlanda o Portugal, echarla del grupo para mantener más poder dentro de él. Algo parecido a lo que ha ocurrido en otro contexto de poder con el Presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, al principio todo eran apoyos y defensa, ahora, mientras camina hacia la dimisión, su sombra solitaria se ve nítida en el suelo del abandono. ¡Cosa de hombres!, el esquema de poder siempre funciona del mismo modo.

Cuando todo esto ocurre no debemos confundirnos, el problema no se ha resuelto, empieza a ser preocupante.

5 thoughts on “Algunos hombres malos

  1. Revisando por encima todos su artículos de este blog, le pregunto: ¿sería usted capaz de escribir algo bueno sobre los hombres?
    Parece que usted tiene hijos varones. Y creo que no es consciente de lo dañina que es su actitud para el futuro de ellos. Ya sabe, efecto boomerang.
    Finalmente, le aporto una idea a desarrollar en su blog. Escriba sobre el “El sentimiento de culpabilidad en algunos hombres”. Observarse a si mismo le ayudará a completar una buena redacción.
    Un saludo.

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  2. Acertado artículo, desde luego. Sin embargo, el comportamiento social en grupos de poder es arquetípico y por tanto se puede transpolar a grupos únicamente femeninos, los cuales deciden quién, o quien no, pertenece al grupo. Es un comportamiento muy humano, sin distinción de género, nos guste o no.
    Yo tengo otra teoría respecto a lo de Grecia. Los bancos alemanes tenían todo su dinero en bonos basura y en deuda e inversiones en Grecia y en sus bancos. Cuando apareció la crisis de los suprimes, perdieron su dinero. Así que los alemanes, rápidamente, crearon un plan para rescatar el dinero griego, pues no tenían “cash”. Una vez recuperado su dinero ya no les importa como acabe el país.
    Lo cual es un comportamiento también muy arquetípico, un ejemplo del cual sucedió en el Titanic. Puesto que no había botes salvavidas para todos, solo los pasajeros de primera clase se salvaron. Lo más interesante son los grupos que se crean cuando se está produciendo un naufragio, como el grupo de la orquesta de barco, que, mientras este se hundía seguían tocando en vez de intentar salvarse. Fue Trichet el que asumió el rol de orquesta diciendo que el problema era la inflación y subiendo los tipos de interés sin una lógica clara, para desviar la atención del problema de fondo.

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  3. El tonto útil del PSOE se hace una paja y, señalando su propio semen, dice con gesto de pensador simiesco: “¡Ha sido ROSA DÍEZ!”.
    El autor del blog (Miguel Lorente Acosta): “Aunque parezca extraño, soy Médico Forense”.

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