Anemia


ANEMIASi hay algo que caracteriza a esta crisis son las pérdidas.
Pérdidas económicas, de puestos de trabajo, de servicios, de bienestar… También pérdidas de confianza, de alegría, de esperanza… No sólo el IBEX-35 está en rojo, todo el panorama viene marcado por ese color “en negativo” ocasionado por la hemorragia de las pérdidas, y por el interés en eliminar glóbulos rojos.

Y consecuentemente, cuanto más rojo es el escenario y más intensos sus tonos, más pálidos nos estamos quedando las personas ante su contemplación y, sobre todo, ante las decisiones y medidas que se adoptan para resolver la situación.

Está claro que la crisis ha abierto una brecha en los canales que regaban la convivencia, no sólo en la economía, pero la solución no parece que vaya dirigida a tapar esa brecha  social, más bien al contrario, parece que lo que pretende es aumentarla.

Imagínense la siguiente situación.

Una persona sufre un accidente y como consecuencia del mismo se produce una lesión en un vaso sanguíneo con la consiguiente pérdida de sangre, una pérdida moderada que al ser mantenida en el tiempo hace que el paciente sufra una anemia y entre en crisis por insuficiencia cardio-circulatoria.

La situación es delicada y todo apunta a que si no se resuelve será grave. Ante este escenario, el equipo médico que gobierna el caso decide que lo mejor es sacarle pequeñas cantidades de sangre al herido, para guardarla en un banco ante la posibilidad de que la pérdida sea tan grave que necesite una transfusión. En ese caso se le pondría la sangre previamente extraída para recuperarlo. Y claro, al sacarle sangre la anemia se agrava, el estado empeora y la preocupación ante la evolución aumenta, pero como la consigna es no aplicar ninguna terapia externa, tan solo rentabilizar los recursos del propio paciente, se decide que lo mejor es extraer un riñón y conservarlo por si el proceso sigue empeorando, entra en insuficiencia renal y necesita un trasplante. Cualquiera que entienda de medicina sabe que con ese tratamiento la situación que no va a mejorar, pero como quien lo aplica tiene un diagnóstico distinto o busca otro objetivo, continúa con esa idea y luego se hará lo mismo con un pulmón, con un trozo de hígado y con todo lo que se ponga a su alcance para salvar, no al paciente, sino al banco de órganos.

La jugada es de máxima rentabilidad para quien busca el beneficio particular, pues luego con el argumento del interés común y de que debemos ser solidarios repartirán los órganos como quieran, y a nosotros nos pedirán dinero por la sangre que nos han quitado o por el trozo de hígado que se llevaron. Para mas inri nos dirán que es la única solución al faltarnos de todo de todo (sangre, riñones, pulmones…), y que se trata de tejidos perfectamente histocompatibles. Y efectivamente, es la mejor solución después de todas las malas decisiones que se han tomado hasta llegar a la famosa “no hay alternativas”.

Esto, que nos parece una barbaridad aplicado a una situación clínica, es lo que está ocurriendo con la economía como argumento para imponer un modelo social al margen del proceso democrático.

No son los mercados, son los mercaderes los que nos están quitando el dinero, los puestos de trabajo, la capacidad emprendedora, la salud, el bienestar… y ahora cuando ya se han quedado con todo bajo el argumento de la “austeridad” empiezan a decir que debemos trabajar "más por menos" y ganar "menos por más" trabajo… mientras ellos no han parado de acumular beneficios económicos y de todo tipo.

La hemorragia de pérdidas nos ha dejado tan anémicos y debilitados que cada uno busca recuperar sólo lo suyo. Han conseguido imponer el “divide y vencerás” y que el otro siempre aparezca como enemigo y como culpable, y con esos mimbres podremos conseguir puestos de trabajo, pero no trabajo para puestos en una sociedad que busque lo común con la mirada solidaria que ha caracterizado a la humanidad, y que culminó en la democracia. 

Que no nos confundan, ahora no solo debemos defender el espacio conquistado, ahora es el momento de seguir avanzando por la misma senda para superar la situación actual.