Banco ¿tóxico o intoxicado?

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En ocasiones, con más frecuencia de la que nos damos cuenta, la verdad logra escapar al control del seguridad que establece la conciencia y muestra la realidad tal y como es. Entonces la llamamos inconsciente y decimos que nos ha traicionado o nos ha delatado, cuando en realidad los traidores somos nosotros por callarla y ocultarla, y lo único que ha ocurrido es que las palabras han logrado salir por el hueco que deja el ángulo muerto de la mirada huidiza.

Si tiramos del diccionario y nos atenemos al significado de las palabras, vemos que no es lo mismo un alimento tóxico que un alimento intoxicado, adjetivos que trasladados al sustantivo “banco” también nos definen conceptos muy diferentes. Un “banco tóxico” sería aquel que es capaz de envenenar al resto de la sociedad, mientras que un “banco intoxicado” es el que se ve afectado por elementos en mal estado, que lo envenenan y convierten esos números rojos tan habituales entre sus hojas de cálculo, en cifras amarillas de bilirrubina y ruina

El Gobierno ha creado un “banco tóxico” y no creo que se haya equivocado al llamarlo así. Es cierto que probablemente quería decir que creaba un banco intoxicado, o sea, afectado por los productos en mal estado del resto de las entidades, pero la relajación propia del aún verano ha bajado la guardia antes de que subiera el IVA, y ha hecho que las palabras sean más claras que las mentes y nos muestren el verdadero objetivo de su creación, que pasa por intoxicar al resto de la sociedad.

Lo curioso de todo esto es que la crisis que pretende resolver el banco tóxico-intoxicado ha sido generada por el veneno financiero que contaminó a la gente, y la empujó a consumir sus dietas capitalistas y sus pócimas hipotecarias para alcanzar la mentira del status, sin ser conscientes de que la altura de miras a veces produce vértigo, y el vértigo caídas. Y cuando en plena intoxicación nos pidieron la bolsa le dimos la vida creyendo que saldaríamos cuentas, pero nuestras vidas valen menos para ellos que su palabra para nosotros, y claro, sin patrimonio y con la vida hipotecada por generaciones espontáneas hay poco que hacer. Así vivimos hechizados por el perfume tóxico que sale del vertedero de ese banco donde han ido a parar los activos, intoxicados por sus mensajes, y empujados hacia atrás por su “no hay salida” hasta dejarnos sin corazón entre la espalda y la pared torácica.

Todo es un lío muy bien liado, nada de nudos gordianos ni de marañas por desenmarañar, por eso el Ministro “3D-Guindos”, el más virtual y a la vez realista, se ha referido a ese banco (31-8-12) como el “mal llamado banco malo”, y tiene mucha razón. Para bancos malos ya tenemos muchos de los que se han hundido con nuestro dinero dentro y sus pensiones ejecutivas como chalecos salvavidas, mientras que esta nueva entidad tiene mucho de bueno para unos cuantos. Es buena desde el punto de vista “moral”, puesto que nace como esos bebés medicamento, totalmente compatibles con sus hermanos enfermos y con el objetivo en este mundo de curar a sus fraternos. Y es buena desde el punto de vista financiero, puesto que se queda con todos los bienes-malos de sus hermanos que ahora no pueden costear, para venderlos  en 10 o 15 años de manera que no se tengan que vender a un precio muy inferior al que tienen asignado, y en cualquier caso superior al que se pagaría en la actualidad. El negocio es completo cuando nos dicen que el banco malo-bueno-toxico-intoxicado será participado en un 50% por el Estado y que en el 50% restante podrán entrar los bancos y cajas enfermas a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que de esa manera obtendrán beneficios por dos vías: una, gracias a que todos los españoles vamos a pagar un banco con el dinero dirigido a nuestros servicios básicos (salud, educación, dependencia, pensiones, ayudas…), para que puedan desprenderse de los activos tóxicos que graciosamente nos comeremos entre todos para ponernos amarillos de bilirrubina y así parecernos a los ciudadanos del gigante oriental, y quizás con ello atraer más inversiones (ya se sabe que la imagen y la buena presencia en los negocios es esencial). Y otra, al participar en el negocio de la venta de sus males, que al final les darán beneficios.

Todo un lío de muy buen rollo… Entre bancos que no hacen caja, cajas que se hacen bancos, tóxicos bancarios, intoxicaciones ciudadanas de origen financiero, políticos que parecen actuar como camellos para pasar los tóxicos de un lado para otro, activos que son pasivos y clases pasivas que se convierten en activos ciudadanos… vivimos embriagados por una crisis que muchos presentan como una necesidad, como el antídoto del tóxico y el remedio a todos los males del Estado de bienestar que antes teníamos. 

Lo dicho nada por aquí, nada por allá… un banco nuevo por aquí y otro por la esquina de allá.

Mientras

CRISIS WHAT CRISISTodo sucede mientras ocurren otras cosas y, sin embargo, parece que sólo pasa aquello que nos afecta de manera directa, incluso lo que sabemos que se produce a través de noticias que nos muestran distintos acontecimientos que transcurren al mismo tiempo que nuestra vida, cuando alcanzan nuestra conciencia lo hacen como parte del pasado, y da la sensación de que no nos afectan por lejanos o pretéritos.

La crisis ha llegado en el momento crítico que supone la desafección ciudadana de la política y la desconfianza en los políticos, no es cierto que esa distancia entre la política y la sociedad sea una consecuencia de la crisis, todo lo contrario, ha sido uno de los motivos para que esta pudiera fraguarse. Si recordamos las encuestas sobre el nivel de conocimiento social de los políticos y la valoración de su gestión, los resultados anteriores a la hecatombe económica no son muy distintos a los actuales: conocimiento escaso y gestión no aprobada, lo único que cambia en el ranking es el orden de las carteras y de los porta-carteras ministeriales.

Hace tiempo que los políticos se dieron cuenta de que el poder imperecedero estaba en la economía, y que la representación democrática terminaba siendo arrastrada por las ventiscas que levanta la voz del pueblo cada cuatro años. Por eso jugaron a ser parte de ese poder y a acercarse a grupos de interés que quedaban aún más lejos de los barrios ciudadanos, que ya hacía tiempo habían abandonado. Y cuando quienes vivían en esas zonas de lujo se dieron cuenta de la situación y del alejamiento de la política respecto al pueblo, entonces, y sólo entonces, tiraron del hilo de la crisis-trampa para atrapar a la política en una jaula y a los ciudadanos en otra.

Y no ha sido difícil, los políticos se encontraban solos, discutiendo entre ellos y jugando al “y tú más”, al “yo primero” o al “te vas a enterar”, mientras el pueblo estaba abandonado a su mala suerte.

Pero lo más grave no es la situación descrita, ni que pasen cosas contrapuestas de manera simultánea. Lo grave es que todo está ocurriendo como si no pasara nada, o como si lo que acontece no tuviera más remedio que ser así. Ahí es donde se encuentra la evidencia de que se trata de una crisis programada que ha necesitado la desactivación previa  de la crítica social, para poder llevarse el botín del Estado de Bienestar que con tanto trabajo y esfuerzo habíamos conseguido.

Nos han hecho creer que no nos merecemos la sanidad que tenemos, ni la educación que necesitamos, tampoco las ayudas a quien no tiene trabajo, ni a la dependencia… Nos han hecho pensar que es lo mismo ocho que ochenta y que donde antes había siete médicos ahora basta con uno, que donde trabajaban cinco profesores ahora no hace falta ninguno, que la Administración no puede pagarle a los funcionarios, pero sí puede hacerlo a empresas privadas que dan un peor servicio y tienen como prioridad el beneficio económico…

Pero no pasa nada… para lo que podía haber pasado, no pasa nada. La conciencia atenazada siempre piensa que las cosas pueden ser peor.

Y mientras ocurre todo lo demás…

Levántate y anda…

DRAGHI-1No sé si forma parte de la estrategia retro que nos envuelve o si realmente los milagros existen más allá de su relato, pero las palabras de Mario Draghi y su efecto inmediato sobre una economía más muerta que moribunda recuerdan a aquellas otras de “levántate y anda…” Sólo ha hecho falta que él las pronunciara para que el difunto se ponga a caminar… ¡y cuesta arriba!, pues lo ha hecho con subidas en la bolsa y en la vida. 

Siempre he pensado que muchos entienden el laicismo como una nueva religión, con sus creyentes, sus santos, sus fiestas, desayunos y almuerzos de guardar, sus ritos, sus lugares de oración con bancos para descansar, y sus procesiones, aunque ahora en vez de a Roma se vaya a Bruselas, Davos, Washington DC o Berlín. Y hoy, a diferencia de las religiones tradicionales que giraban alrededor de la idea de salvación, el laicismo religioso lo hace sobre la economía como forma de ganarse el paraíso de la buena vida en la tierra. El valor que defiende es el valor de mercado y su dios es la moneda, y del mismo modo que la religiones monoteístas lo llaman de diferente forma (Yahvé, Buda…), aquí también tiene distintas denominaciones (Euro, Dólar, Yen…), pero siempre manteniendo al patrón del oro del becerro. 

Y como su mundo es de este mundo, y no de otro, los primeros siempre son los primeros y los últimos los siguientes a los penúltimos, en esto las matemáticas no fallan. De manera que los ricos siempre ganan más, los pobres menos, los que tienen más poder siguen acumulándolo y a los que sufren las desigualdades les dicen que disfruten de la diferencia. Y mientras tanto, mucha penitencia y ayuno para los demás, que hay que ahorrar en gastos. 

Claro, que no todo son alegrías, y como cualquier religión que se precie ésta también tiene sus demonios, esa especie de ángeles traidores que osaron enfrentarse a su dios y fueron expulsados o despedidos sin indemnización alguna. La deuda aparece como ese Satanás dispuesto a pegarle fuego al bosque del mercado con tal de quedarse con la madera de sus árboles chamuscados, pero también para contribuir a que nos arrojemos a los brazos de la moneda única y ser rescatados de las llamas eternas de la incertidumbre.  DRAGHI-2

En este panorama Draghi se presenta como un nuevo mesías redentor… Es verdad que sus palabras han hecho bien, pero eso significa que ha hecho mucho mal con su silencio y pasividad. Y me preocupa ese cálculo frío que intenta sacar beneficio del dolor ajeno, y quienes desde sus púlpitos gubernamentales contribuyen a adorarlo, al tiempo que le ponen velas al resto de santos de su devoción, mientras nos dicen a la sociedad que no hay más cera que la que arde. Las religiones siempre han tenido más fieles y creyentes en épocas de zozobra, y quienes quieren hacernos comulgar las piedras de molino que ponen en nuestro camino lo saben. 

Recuerdo una noticia sobre un accidente de avión ocurrido en Pakistán o en India hace años, el titular decía algo así comoMilagro: se estrella un avión con 135 pasajeros y se salva un niño”. Alguien comentaba en la información que ese resultado estaba dentro de las posibilidades, el milagro habría sido que se hubieran salvado 134 pasajeros y hubiera muerto sólo uno. 

Si Draghi y su santoral tienen la posibilidad de hacer de la situación actual algo más que un valle de lágrimas, tienen la obligación de hacerlo ya y los gobiernos de exigirle responsabilidad. No basta con acciones aisladas espectaculares para demostrar su poder. Amén.

La crisis, la deuda, el machismo y el rescate

CRISIS-DEUDA-MACHISMO-RESCATE
Todavía hay quien se sorprende cuando hablo de las similitudes entre diferentes situaciones que responden a una estructura de poder,
y de que ese esquema no es producto de la deriva del tiempo ni de la casualidad, sino que ha sido históricamente impuesto y ejecutado por quienes han estado en posición de hacerlo, que, guste o no guste, han sido básicamente hombres. Ello no significa que una vez creado el modelo no pueda ser utilizado del mismo modo por una mujer, ocurre como con la pizza, que se trata de una comida italiana con independencia de que se haga en Madrid, en Nueva York o en Tokio, y lo que sucede en la práctica es que el éxito del modelo lleva a su generalización, y  de ahí a su perpetuación. Si una mujer identifica el poder y el éxito con esa estructura actuará en consecuencia para alcanzar el reconocimiento y la aceptación de los guardianes del sistema, y de esa forma contribuirá a consolidar y legitimar el modelo. 

Es cultura, no genética, y la sociedad ha tomado como referente universal lo que la masculinidad ha considerado como bueno y adecuado para resolver los problemas y conflictos que surgen en las relaciones personales, laborales, institucionales, comerciales, internacionales… 

Voy a describir dos situaciones de sobra conocidas y ustedes decidirán si se parecen, pero en lugar de encontrar las siete diferencias, como se hace en los pasatiempos, busquen las similitudes y luego intenten encontrar las razones comunes para explicarlas. 

Una de ellas es el maltrato en violencia de género. El maltratador no es un demonio ni un bicho raro, todo lo contrario, al principio es una persona encantadora que inicia una relación de afectividad con la mujer basada en el cariño y en el proyecto de compartir múltiples cosas. Se inicia así un compromiso lleno de elementos comunes, nuevos ámbitos de relación, incluso con el tiempo pueden llegar los hijos y las hijas. Poco a poco, de forma paulatina, va distanciando a la mujer y aislándola de sus fuentes de apoyo externo (su familia, amistades, compañeros de trabajo…) y empieza a cuestionar sus elementos de identidad, aquello que la hace ser como es. Comienza a exigirle que renuncie a gran parte de su mundo, a sus iniciativas, a las personas cercanas, a sus ideas… y que adopte lo que él le impone en nombre de la buena marcha de la relación, del compromiso y de la familia. A pesar de que entre amenazas, enfados, silencios y voces la mujer hace todo lo que el agresor le dice, éste siempre encuentra algún problema, defecto o acción que echarle en cara en aquello que la mujer hace o deja de hacer, por lo que de forma paulatina aumenta su agresividad, sube el nivel de violencia, comienza con las agresiones y culpabiliza de todo a la propia mujer. Ella se siente responsable, empieza a entender que es una mala mujer, una mala esposa y una mala madre, y renuncia a todo lo que le indica el agresor hasta quedar atrapada en una violencia que en parte es vista como “normal”. 

El agresor, por su parte, cada vez se vuelve más exigente, interpreta la situación que vive la mujer como una razón para continuar ejerciendo la violencia, incluso se justifica con argumentos típicos como el ataque previo de la mujer: “es que mi mujer se empeña en llevarme la contraria”, suelen repetir. A pesar de estas circunstancias, también se producen momentos de “luna de miel” en los que todo parece maravilloso, pero luego continúa la violencia y vuelven las agresiones con una intensidad cada vez mayor y con una frecuencia cada vez más alta. El riesgo aumenta de manera significativa, y si no es rescatada del pozo donde se encuentra, puede terminar en una situación muy grave o en el homicidio. 

La otra situación que quiero traer es la crisis. La economía entró en crisis después de que unos mercados muy amables y cariñosos regalaran financiación con promesas de amor eterno e intereses compartidos: lo que es bueno para ti es bueno para mi. Poco a poco nos han seducido con sus formas, promesas y compromisos hasta el punto que nuestra relación ha quedado enganchada a esa forma tan apuesta de gestionar nuestros destinos. Nos arrojamos a sus “manos invisibles” y les entregamos nuestras vidas, pero ellos sólo miraban nuestras bolsas. Poco a poco nos empezaron a exigir renuncias y nos aislaron dentro de una Unión Europea, y comenzó la exigencia de que abandonáramos nuestra identidad y nuestras fuentes de apoyo externo: nuestros sectores económicos tuvieron que someterse a las reformas que imponían en nombre de lo común, y nuestras relaciones comerciales tenían que seguir sus dictados. Aún así, siempre encontraban algo que habíamos hecho mal, y aunque las ayudas y promesas se redujeron o desaparecieron, la culpa de todo la teníamos nosotros por empeñarnos en llevarles la contraria. 

Y, efectivamente, llegamos a pensar que éramos un mal país, unos trabajadores pésimos, unos vagos que sólo pensamos en fiestas, puentes y vacaciones. Entendimos que todo lo que los demás tienen, como funcionarios, servicios públicos, políticas de bienestar… aquí sobraba y era un exceso, y comenzamos a renunciar a nuestra identidad y a desprendernos de aquello que era nuestra salvación. 

El mercado maltratador cada vez nos ve más culpables y menos merecedores de su consideración, por lo que su violencia ha continuado y aumentado, mientras la España sumisa sólo pide perdón y se arroja a sus pies en busca de compensación y limosna. Habrá fases de “luna de miel” gracias a su mercantil condescendencia y a su “interés”, que bien lo va a cobrar, todo por hacer lo que el maltratador mercado quiere que hagamos. Pero nos equivocamos, la violencia no ha finalizado, ahora somos más dependientes y seguiremos renunciando a nosotros mismos, a nuestros sectores, a nuestros trabajadores y trabajadoras, a los servicios públicos, a la educación y a la investigación, a la sanidad y a las ayudas a la dependencia, a valores como la igualdad y a tantas otras cosas para contentar unos mercados y a una Unión que sólo busca el beneficio de unos pocos. 

Como pueden comprobar el esquema de poder y la estrategia de dominio-sumisión es similar. Algunos podrán ver más las diferencias que las coincidencias, y que no responde al modelo histórico impuesto por las referencias masculinas tomadas como universales, es decir, como adecuadas para ser utilizadas a la hora de conseguir esos objetivos. No querrán ver que su significado no está en quien lo aplica, sino en aquello a lo qué responde y lo qué se consolida con su aplicación y, efectivamente, dirán que Merkel es una mujer. 

No es que todos los hombres sean iguales, es que cuando se abusa del poder cualquiera se comporta del mismo modo. No hay nada más grave en violencia de género que cuando el teórico rescate lo lleva a cabo el propio maltratador… Veremos cómo termina el rescate económico…

Partículas Particulares

PARTICULAS PARTICULARES
En el fondo el Parlamento es como un acelerador de partículas,
 un lugar donde los átomos de la democracia, la esencia que supone ser los representantes de la soberanía, se introducen y se aceleran con los debates y propuestas. No hay nada más que ver las imágenes de su interior para notar esa agitación interna y esos movimientos compulsos que en ocasiones llevan a saltos entre orbitales y bancadas. 

Entre las partículas encontramos protones con su carga positiva y mayor masa, electrones con la suya en negativo, también neutrones, que no tienen carga y que sólo esperan a ver si hay más protones que electrones para arrimarse a unos o a otros, y luego están los neutrinos. Estos son como los neutrones pero en listillo, ya los describí con detalle en un post (“Los neutrinos” -18-3-12-), pero su característica básica es que pueden asumir cualquier signo y que van de perfil, no miran ni a derecha ni a izquierda, lo cual les hace adoptar una posición aerodinámica con la que cortan mejor el aire, alcanzando velocidades muy elevadas que les permite moverse con rapidez para estar en el lugar adecuado en el momento oportuno, o para desaparecer, también oportunamente, del lugar inadecuado

Toda esta estructura y dinámica explicaba bastante bien el funcionamiento de las partículas y del acelerador que las acogía, pero la situación se ha visto trastocada con el descubrimiento de una nueva partícula  propuesta en 1964 por el profeta Peter Higgs: la llamada bosón de Dios. 

Un descubrimiento de este tipo no podía dejar indiferentes a sus señorías particulares, y como no podía ser de otro modo, las partículas con más peso atómico han decidido que su líder sea el bosón de Dios

Da la sensación de que los recortes y los nuevos ajustes adoptados por el Gobierno obedece a este descubrimiento. En definitiva, si nos fijamos, no es muy diferente a lo que la historia y los textos sagrados nos han mostrado a lo largo del tiempo. Cuando hay crisis de valores (bursátiles o de otro tipo) o cuando la idolatría osa elevarse hasta los cielos, como ha ocurrido con la prima de riesgo por las nubes, el bosón de Dios se enfada y envía castigos como plagas para que recapacitemos y actuemos en sintonía con lo que él manda, es decir, que no se sea gandul y se salga a buscar trabajo antes de siete meses, que no tomemos antiinflamatorios ni analgésicos como si fueran caramelos Sugus de Suchard, que no pongamos al abuelo como excusa para cobrar una paga y, por supuesto, que los inmigrantes vuelvan a su tierra como los judíos se fueron de Egipto, eso sí, cruzando el mar azul, nada de mares rojos. 

El bosón de Dios ha hablado, las partículas se han acelerado y la calle se ha congelado en pleno mes de julio… da la sensación de que más que un bosón es un a-busón. 

Pero sin duda, lo peor de todo ha sido la excitación (con creces ha superado la agitación habitual) de las Partículas Particulares del acelerador expresada en esos aplausos y risas, y en el “que se jodan” de Andrea Fabra, mientras el líder leía los nuevos mandamientos… Una actitud, por cierto, muy poco humana ante el drama y el dolor que conllevan esos recortes para el prójimo. 

Qué diferencia a las lágrimas de la Ministra de Trabajo italiana, Elsa Fornero, frente a una situación similar.

 

Minas y otros agujeros negros

MINAS
Todos somos un poco mineros,
 si miramos un mapa con los yacimientos minerales de nuestro país, sobre todo si nos alejamos unos años en el tiempo, dudo que hubiera alguna población sin una explotación minera en menos de 50 km a la redonda, por eso todos aprendimos a respetar un trabajo envuelto por el misterio del azar. Si el universo se creó en un agujero negro del espacio, la vida continuó gracias a los muchos agujeros negros que se hicieron en el terreno. 

El ser humano miró antes al suelo que al cielo, y aprendió pronto que para mantenerse en la superficie de la evolución tenía que profundizar en la tierra y sacarle el jugo mineral que contenía, era la forma de darle consistencia al mundo que empezaba a levantar, y de aportar energía para mantener el invernadero de la cultura a la temperatura adecuada para que creciera la humanidad que nos caracterizaba. Y creció y se extendió, es cierto que también lo hizo la inhumanidad y que en su nombre se han cometido las peores barbaridades, pero en todo momento la tierra fue leal y dio antes que el cielo aquello que se pedía a las alturas. Hemos ido superando épocas y etapas, pero aún no hemos sobrepasado ninguno de los periodos minerales que un día alcanzamos: seguimos en la edad del bronce, en la del cobre, en la del hierro… y hemos vuelto a la edad de las piedras en al camino. Nunca tuvimos una “edad del carbón”, aunque no dudamos en llamar a su consecuencia “Revolución Industrial”, quizás por esa prepotencia ganada con el tiempo de querer destacar más lo artificial que lo natural. 

Nací en Serón, en la provincia de Almería, un pueblo con minas de hierro (Las Menas), que trajeron riqueza y prosperidad a toda la comarca. Cerca estaban las minas de mercurio en Bayarque y las de talco en Somontín, y un poco más al Este las canteras de mármol de Macael, todo a menos de 20 km. El cultivo de la tierra se prolongaba con la minería, por eso el mundo rural, por mucho asfalto que le pusieran a sus calles y por muchos pabellones deportivos que levantaran, siempre permaneció unido a la tierra, y su gente prefería tener antes los ahorros invertidos en tierra que metidos en un banco. Ya no hay ahorros, los bancos no son de fiar y la tierra está abandonada

Las minas de hierro de Serón se cerraron en 1968, después le siguieron las de Bayarque y las de Somontín, el mármol se resiste, pero la crisis se está comiendo la esperanza como las polillas acaban con la madera. Cada vez que una mina se cierra los papeles se invierten, es como si la oscuridad que guarda en su interior saliera e invadiera toda la zona, y como si la ilusión y la alegría de su gente cayera por su boca hasta la profundidad más irrecuperable. En Serón, nada más cerrar las minas, la gente empezó a huir de la desesperanza y de la frustración. Comenzó una migración que se llevó lo mejor de nuestra tierra, que no era el hierro ni el mármol, tampoco el mercurio o el talco, a otros lugares de España y de Europa que crecieron con la iniciativa, la decisión, la determinación y la fuerza que nos faltó para salir de ese otro pozo que apareció en el lugar cuando se cerraron los de las minas. Atrás dejaron la soledad y las lágrimas, y unas casas cerradas a las que sabían que no regresarían nunca. 

En tan sólo dos años la población de Serón descendió un 30%, y en 15 años un 51%. Hoy, más de 40 años después, aún sigue descendiendo a pesar del gran esfuerzo y trabajo que se realiza desde el municipio. 

El cierre de las minas de carbón, tal y como se presenta, supone liberar esa oscuridad para hacer de sus comarcas un paisaje tenebrista y acabar con la vida que hoy las habita. Todo el mundo lo sabe porque, por desgracia, es parte del proceso histórico que viene sufriendo la minería con el argumento de la “rentabilidad” centrada en lo económico. Sólo recuerdo noticias de cierre de minas bajo la misma justificación, sin que haya dejado de ser necesario el mineral que se saca de ellas. Y cuando la mirada se aparta de las personas el significado es doble: Por un lado quiere decir que importan más los números, y por otro, que el olvido de las personas tiene dos protagonistas: no importa lo que ocurra con la vida de quienes salen de la mina, y no importa lo que ocurra con la vida de quienes entran en la mina en otros países donde no existen derechos ni protección suficiente de los trabajadores. 

La marcha minera que finaliza este miércoles en Madrid (11-7-12) no pide ningún privilegio, tan sólo continuar con uno de los trabajos más duros y de más riesgo, eso ya debería ser suficiente para que nos detuviéramos a pensar lo que hay detrás, y para entender la injusticia que se puede llegar a cometer si se saca la oscuridad de unas minas con la única opción de empujarla, como si fueran vagonetas cargadas de carbón, hacia un futuro aún más negro.

Algunos hombres malos

ALGUNOS HOMBRES BUENOS

El código de honor que imponen las circunstancias casi siempre ha sido impuesto antes por los hombres que las protagonizan con la confianza de que no sea necesario recurrir a él, pero si hace falta se utilizará para darle a la situación un valor trascendente que refuerce al grupo, incluso por encima de alguno de sus miembros.

Lo que ha ocurrido estos días con el FROB y con UPyD, denunciando a algunos de los responsables de los últimos problemas de los bancos, recuerda en cierto modo a la película dirigida en 1992 por Rob Reiner, “Algunos hombres buenos” (A few good men), y muestra ciertas claves de una masculinidad que pasa por mantener la cohesión y la camaradería dentro de una estructura organizada, sea a nivel familiar, laboral, relacional, organizativa, internacional… De este modo, por ejemplo, se permite que los hombres con poder se muestren campechanos y cercanos al resto cuando ellos lo decidan, pero no se permite ese trato en sentido contrario. Ellos pueden ser muy colegas, pero el resto sólo puede ser subordinado, la jefatura y el poder no lo pierden ni en bañador y los otros no lo ganan ni en smoking.

Esta estrategia conlleva dos consecuencias:

1. Siempre habrá un grupo de élite semipermeable al que sólo se puede acceder por transporte activo, o lo que es lo mismo, a través de mecanismos que se ponen en marcha desde el interior del grupo de poder, que elige y decide quien pasa y quien queda a la espera. Nunca dependerá de los méritos objetivos ni los logros alcanzados. Ellos deciden quién y cuándo entra, y quién y cuándo sale en una especie de “flujo de la posibilidad” que hace creer al resto que se puede llegar, pero en verdad es todo lo contrario.

2. Junto a esta dinámica está la táctica del “chivo expiatorio”. El poder siempre mira para adentro, y esa cohesión y camaradería se vuelve en rechazo y abandono para mantener al grupo intacto a costa de alguna pieza, es decir, de alguno de los suyos. Ocurre siempre en todas las estructuras de poder con esa referencia “tan de hombres” en su funcionamiento.

Lo expliqué con cierto detalle en el libro “El Rompecabezas” (2005) respecto a los maltratadores sobre la idea del “agresor perfecto”. Allí explicaba cómo el grupo de hombres se defiende negando la violencia de género y responsabilizando a las mujeres de la situación creada, pero cuando uno “mete la pata” y se deja descubrir, todos le dan la espalda, e incluso pueden ser los primeros en arrojarlo a esos pies de los caballos que supone el escarnio público.

Esta situación tan evidente en esos escenarios de violencia ocurre aún con más frecuencia en otros ámbitos muy masculinos, tales como la empresa, la política, la economía, las relaciones internacionales… y bajo esas referencias se actúa en consecuencia contra el miembro del grupo, bien sea un hombre, un grupo, un país… La estructura de poder se mantiene sobre la cohesión, y la cohesión sobre la exclusión del miembro que pone al grupo en evidencia.

Ha ocurrido hace unos días con el FROB (por cierto, el nombre me recuerda a las palabras inglesas “Fog” y “Frog”… será porque hay una especie de “niebla” que lo envuelve o porque nos ha salido “rana”), con la acción de UPyD o con la propuesta de Almunia para que se cierren algunos bancos. Ahora quienes no dijeron nada cuando los problemas existían, es más, o callaban o los defendían, piden su procesamiento, otros como el PP aún siguen defendiéndolos para mantener una cohesión que, al parecer, les interesa.

Quizás sea algo que estos mercados en masculino plural están intentando hacer con España, como antes lo hicieron con Grecia, Irlanda o Portugal, echarla del grupo para mantener más poder dentro de él. Algo parecido a lo que ha ocurrido en otro contexto de poder con el Presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, al principio todo eran apoyos y defensa, ahora, mientras camina hacia la dimisión, su sombra solitaria se ve nítida en el suelo del abandono. ¡Cosa de hombres!, el esquema de poder siempre funciona del mismo modo.

Cuando todo esto ocurre no debemos confundirnos, el problema no se ha resuelto, empieza a ser preocupante.

La herencia

LA HERENCIA
Recuerdo una viñeta que había en la pared del laboratorio de ADN forense de la Academia del FBI en Quantico, Virginia, me la encontraba cada día cuando andaba por allí con una beca de investigación, no sé si la habría colgado Jill Smerick o Alan Giusti, pero estaba justo entre sus mesas. En ella se veía a un niño sentado en el suelo al lado de una batidora de vaso sin tapa en la que había introducido una mezcla de leche, tierra y piedras, y después conectado. El estropicio que había formado en la cocina era mayúsculo. La madre, claramente enfadada y con ese gesto que anticipa el castigo, le preguntaba que a qué demonios se debía que hubiera hecho eso. El chaval, con una cara que reflejaba más la sorpresa por la pregunta que el susto por las posibles consecuencias, respondía con otra pregunta: “¿A un pobre material genético…?”

Estaba claro que no era la clase de respuesta que buscaba la madre, y menos aún sentirse reflejada en las causas del problema, de ahí que el dibujo apuntara a que ese niño tendría dificultades para superar el escenario creado.

En España está ocurriendo algo similar con la situación de la economía, y ante cualquier pregunta que se hace al Gobierno la respuesta siempre es la misma: “la herencia”, la última vez el pasado domingo cuando el Presidente Rajoy dijo que esto del rescate o de la línea de crédito tendría que haberse hecho tres años atrás, apuntando claramente a que se trata de una herencia que comenzó cuando ellos terminaron. Sin duda se trata de una herencia peculiar, hasta el punto de que ni siquiera  sigue las leyes de Mendel. 

En principio parece que el carácter dominante no está en la expresión, sino en la persona que utiliza el argumento, que ha de ser con poder y capacidad de dominar el contexto para que sus razones caigan con el peso de la gravedad de la propia situación generada con sus palabras. En lo que se refiere a la expresión, es decir, a los factores que influyen para que pueda manifestarse esa idea de “la herencia”, se muestra como heterocigótica al requerir que se presenten de forma simultánea dos elementos: por un lado la existencia de un problema o elemento negativo, y por otro que haya sido gestionado por un gobierno socialista, puesto que si el problema es heredado de un gobierno del PP, como por ejemplo en Murcia, en Madrid, en la Comunidad Valenciana o en Castilla y León, entonces la herencia no se expresa, y los problemas, que son los mismos, se deben a otras causas. Y tampoco vale que se haya recibido una gestión buena o positiva, en estos casos tampoco cuenta la herencia, lo hemos visto con Ana Mato respecto a las políticas de Igualdad, y a pesar de que un informe de “Social Watch” sitúa a España la séptima del mundo en el índice de equidad, eso ni se ha heredado ni existe.

La realidad no se hereda, no pertenece a nadie, simplemente continua. Ampararse en el argumento de la herencia para no asumir la responsabilidad actual o para culpabilizar a quien ya no puede adoptar las medidas frente a los problemas, es cobarde y demuestra una incapacidad, genética o adquirida, para enfrentarse a la situación. ¿Se imaginan que un empresario no pare de repetir que no puede mejorar los resultados de la empresa por la herencia recibida, o que un nuevo entrenador de un equipo de fútbol argumentara algo similar para justificar sus pobres resultados? Probablemente alguien le diría que no se les ha nombrado para eso, y que si no se ven capaces que no se hubieran presentado a la entrevista de trabajo, pero una vez que asumen la responsabilidad deben de ser coherentes y consecuentes con su decisión, o abandonar y dejar que alguien la asuma de cara al futuro, no mirando atrás. 

Ni cualquier tiempo pasado fue mejor, ni tampoco peor, simplemente fue, y en gran medida, que sea bueno o malo no dependerá sólo de su momento, sino de lo que hagamos mejor o peor en el presente.

La herencia debe ser el inicio, no la justificación de una vida… ni de una política.

 

 

 

 

 

 

La Tierra Prometida

TIERRA PROMETIDA-Iglesia
La vida es una promesa incumplida con un final oculto que termina por descubrirse
, pero demasiado tarde. Entonces comienzan los remordimientos ajenos, los propios también murieron, que buscan la verdad de todas las mentiras que en algún momento acariciaron los labios en forma de promesas para incumplirse, en forma de falacias para ser cumplidas.

Y cuando la tierra se llena de promesas, las promesas se llenan de sueños, de ilusiones, de momentos por venir, se llenan de un futuro desubicado de su tiempo que quita espacio a un presente que se da por amortizado. Pero poco a poco, casi sin darnos cuenta, cansados de aguantar, cambiamos la espera del futuro por el deseo de que acabe el tiempo que vivimos, como si fuera lo mismo y como si la simple sucesión de momentos garantizara la llegada de uno mejor. Comenzamos así la deriva del tiempo, el empuje que nos lleva allí a donde no hacemos nada por evitarlo.

La globalización no ha borrado fronteras ni ha acercado territorios y culturas, lo que en realidad ha hecho es que creamos en la misma promesa de una prosperidad terrenal. Terrenal por ser de polvo y por estar asentada en las raíces de la materia, que siempre terminan por traspasar todas las capas freáticas de la vida hasta llegar a la de los sueños, un lugar donde no existe la memoria porque todo está mezclado en una irrealidad tomada como cierta. Considerar como una victoria la simple superación del pasado siempre nos deja al descubierto ante la derrota próxima del tiempo.

Si hoy tuviéramos que hacer un mapa del Universo nuestro planeta se llamaría “Planeta Promesa”, y en lugar de la “Tierra Prometida” tendríamos la “promesa enterrada”, sepultada por un presente con espacio suficiente para todos, para todas, y para que cada uno fuese como es, no como tiene que ser en este Planeta Tierra cada vez más poblado de nadie y abandonado de todos.

Pero la economía ha venido a cambiar el sentido de la vida sin que se haya cambiado antes la vida de sentido. Esta sigue mirando a la promesa y la economía consuma el engaño como un trilero en el rastro de los mercados, quitándonos el presente a plazos de un día a día, sin entregarnos el futuro prometido de ninguna de las maneras. Luego nos quejamos de que todo sea mentira, pero esa era la promesa…

Por eso no conviene descubrir la verdad… porque es mentira.

 AC

Bankio público

BANKIO PUBLICO
El gobierno ha planteado crear un banco público… ¿Otro?, me pregunto.

Quizás sea una confusión y sea yo el que no lo ha entendido bien, pero el margen es estrecho. Sólo puede tratarse de dos posibilidades, la primera más ecológica pero también más improbable, es que la información se refiera a que “el Gobierno va a poner un nuevo banco en algún parque público”, por ejemplo, en el Retiro, en el parque Güell, en el de María Luisa o en el Paseo del Salón de Granada. Sinceramente, no creo que el Gobierno se preocupe mucho de las plazas sentadas en los parques de España, y según las cantidades que se oyen para la inversión (miles de millones), sería un abuso o tendrían que tapizar todos los parques públicos con bancos nuevos.

Y si no se trata de eso, la única posibilidad que queda es que cree un banco financiero público, pero eso tampoco tendría nada de novedad cuando ya ha “presto-dado” más de 10.000 millones de euros, y ahora Bankia pide 19.0000 millones más de todos los españoles y españolas. ¡Qué más público que pagar el dinero de un banco con nuestro dinero! Si se tratase de una película sería como las del Agente 007, con licencia para matar, pero se titularía “Sólo para sus hojas… de cálculo”.

La situación es digna de estudio: Alguien gestiona mal un negocio, la propia empresa le sube el sueldo y le dice que es muy bueno, la empresa se arruina, pero el gobierno sale a su rescate, le da más dinero y los responsables se van nombrando a sus sucesores en sus puestos para que todo siga igual y ellos mejor. ¿Responsabilidades? De quién, ¿de quienes lo han hecho mal, de quienes los han nombrado, de quienes han callado, de quienes no permiten que se les exija responsabilidades, ni comparezcan en el Parlamento para explicar el uso que han dado y que darán al dinero público…? 

¿Y si todos fueran el mismo…? No debemos engañarnos, en estos casos lo más parecido a nadie no es ninguno, sino todos. Aquí cuando interesa somos Quijotes, cuando no Sanchos y casi siempre se actúa como en Fuenteovejuna para que el todo incluya a la nada.

Lo curioso es que todo esto, más que el final de un drama se parece más al comienzo de un cachondeo. De momento ya han llamado a la puerta Galicia y Cataluña pidiendo dinero desde los Gobiernos respectivos, los mismos Gobiernos, estos y todos los demás, que en su día utilizaron las Cajas de sus Comunidades para “sus asuntos” hasta el punto de dejarlas vacías, probablemente porque sabían que nunca se quedarían sin nada. En lugar de Cajas deberían haberlas llamado"Tupperware", porque en ellas guardaban todo lo que cocinaban para luego llevárselo.

¿Se acuerdan del anuncio de neumáticos… “La potencia sin control no sirve de nada”…? alguien ha aprendido el mensaje y lo aplica a su modo para decir que “el poder sin control sirve de mucho… pero a unos pocos”, algo que no es aceptable. No vale lo que ha declarado hoy el Presidente Rajoy (28-5-12) cuando se ha referido a que el rescate era la única alternativa, pues había otras posibilidades de actuación, por ejemplo haber intervenido antes, la omisión, como se puede ver, también tiene consecuencias, y en Democracia de lo que se trata es de que el poder tenga el control de las instituciones en beneficio de todos. Así de sencillo, pero complicado, ¿verdad?

¿Dónde están ahora las voces neoliberales que hablaban de la libertad de los mercados, y de que no había que intervenir en sus problemas, entre ellas la de Esperanza Aguirre…? Decían que eran los mercados quienes imponían lo que era conveniente y lo que no lo era, y que si una empresa caía sería porque era bueno que callera… Nunca he dudado de que existe la famosa “mano invisible” a la que se refirió Adam Smith, lo que dudo, y mucho, es de si además de invisible es inocente. Y sinceramente, creo que no lo es, tampoco pienso que sea invisible, lo que ocurre es que se mueve a nuestras espaldas…

El caso es que seguimos moviéndonos por el terreno resbaladizo de la ignorancia y que la información necesaria nos la ocultan. ¿Crear una Comisión de Investigación Parlamentaria…? para ello nos dicen que tendremos que esperar un “rato”.